Autora: Aran Erasun Urtzelaieta. Harago Aholkularitza
“¿Cómo estás? ¿Qué te preocupa? ¿Qué necesitas?” ¿Hasta qué punto están presentes este tipo de preguntas en nuestros espacios de trabajo? También trabajando, las personas estamos con todo lo que traemos: miedos, ganas, cargas… Sin embargo, no es habitual que en los equipos de trabajo estén presentes. Parece que una voz interior nos dice que el trabajo no es un lugar para expresarlas. ¿Cómo mostrar que estoy abatida? ¿Cómo decir que el miedo no me deja dormir? ¿Cómo expresar que me cuesta el teletrabajo? ¿Cómo?
No. Quizá la voz interior me dice que “no puedo mostrarme vulnerable aquí”. Que la debilidad es peligrosa, que no me deja en un buen lugar. Pero todas tenemos voces parecidas. Y nos resistimos a mostrarnos débiles. Dureza, que no se note.
¿Qué sucedería si empezáramos a expresarlo? ¿Si transformáramos esa voz interior por un “por qué no”? Hemos observado a equipos que dan lugar a las emociones, desde el privilegio de poder vivir esos momentos mágicos. La valentía de la primera persona que habla desde dentro, cómo se ablandan los demás. Se abre el espacio, surge el permiso. Y hemos visto reforzarse desde dentro a los equipos, desde ese dar lugar a la debilidad. Liberándose, y conectando con lo que son, con la autenticidad.
Si vuestro equipo es de los que quiere empezar a dar lugar a las emociones, os proponemos una conversación centrada en la situación inusual que vivimos:
Preguntas para responder individualmente:
¿Cuál es mi realidad fuera del ámbito laboral ahora mismo? ¿Qué se me hace difícil? ¿Qué me ayuda? ¿Qué le pediría al equipo?
Tras escuchar a todos, en una segunda ronda:
¿Teniendo en cuenta lo que he escuchado, qué quiero ofrecer yo? (a una compañera, o a todo el equipo). ¿Qué tipo de equipo quiero que seamos, en esta fase?
Que tengáis una conversación enriquecedora.